Asesoría Fiscal
Impuesto de Sociedades
El impuesto de sociedades es un tributo que se aplica a las empresas y otras entidades jurídicas que generan beneficios económicos. Se trata de un impuesto directo que grava la renta obtenida por las empresas durante un período fiscal determinado. Es decir, las empresas están obligadas a declarar y pagar impuestos sobre sus beneficios anuales.
En Bizkaia el impuesto de sociedades se rige por la Norma Foral 11/2013 de 5 de diciembre, que establece las reglas y procedimientos para el cálculo, presentación y pago de los impuestos. La Norma del Impuesto de Sociedades establece las bases para la aplicación de este impuesto, que se rige por el sistema de devengo. Esto significa que las empresas deben declarar los ingresos y gastos correspondientes al ejercicio fiscal en el que se hayan producido, independientemente de si han sido cobrados o pagados en ese período.
La base imponible del impuesto de sociedades se determina restando los gastos deducibles de los ingresos obtenidos por la empresa en el ejercicio fiscal correspondiente. Los gastos deducibles son aquellos necesarios para la obtención de ingresos y para el mantenimiento y desarrollo de la actividad empresarial. Entre ellos se incluyen los gastos de personal, los costes de producción, los gastos financieros, las amortizaciones y las provisiones para riesgos y gastos.
Una vez calculada la base imponible, se aplica un tipo impositivo para determinar la cantidad de impuesto a pagar. En Bizkaia, el tipo impositivo general es del 24%, aunque existen excepciones para las empresas de nueva creación y para aquellas con beneficios reducidos o las de tamaño pequeño y mediano. Además, se aplican algunas deducciones y bonificaciones fiscales para incentivar determinadas actividades empresariales, como la investigación y el desarrollo, la inversión en activos fijos o la contratación de personal.
Es importante destacar que las empresas están obligadas a declarar y pagar el impuesto de sociedades, incluso si no han obtenido beneficios en el ejercicio fiscal correspondiente. En este caso, se declarará una base imponible negativa, que podrá ser compensada en ejercicios fiscales futuros en los que se obtengan beneficios.
A la hora de presentar un impuesto de sociedades con las máximas garantías es necesario un estudio y seguimiento durante todo el ejercicio, en AudYCon te acompañamos durante todo el proceso y analizamos de forma individualizada las circunstancias de cada cliente. De esta forma nos aseguramos de escoger la tributación, deducciones y bonificaciones más ventajosas para nuestros clientes.
Todo el equipo del área fiscal de AUDYCON, gracias a la experiencia adquirida y a su continuo aprendizaje está capacitado para la confección del impuesto de sociedades a nivel foral o estatal.
En resumen, el impuesto de sociedades es un tributo que grava la renta obtenida por las empresas y otras entidades jurídicas. Su cálculo se basa en la diferencia entre los ingresos y los gastos deducibles de la empresa en un período fiscal determinado, al que se aplica un tipo impositivo establecido por ley. En España, existen algunas deducciones y bonificaciones fiscales que pueden reducir la cantidad de impuesto a pagar.
IVA
El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es un impuesto indirecto que se aplica en España sobre el consumo de bienes y servicios. Este tributo grava el valor añadido por cada empresa o profesional en el proceso de producción y comercialización de los bienes y servicios que se venden al consumidor final.
El IVA se aplica a cada una de las fases del proceso de producción y distribución, lo que significa que cada empresa o profesional debe declarar y pagar el IVA correspondiente a la parte del valor añadido que le corresponde. Por lo tanto, el IVA es un impuesto que se traslada de forma acumulativa a lo largo de la cadena de producción y distribución hasta llegar al consumidor final, que es quien soporta el coste total del impuesto.
En España, existen varios tipos de IVA que se aplican en función de la naturaleza del producto o servicio. En concreto, hay tres tipos de IVA: el tipo general, que es del 21% y se aplica a la mayoría de bienes y servicios; el tipo reducido, que es del 10% y se aplica a ciertos bienes y servicios considerados de primera necesidad o de interés social, como alimentos, medicinas, libros, etc.; y el tipo superreducido, que es del 4% y se aplica a bienes y servicios de especial interés social, como el transporte público, la cultura o la vivienda social.
Además, existen algunas excepciones y reducciones fiscales en el IVA que permiten reducir la carga fiscal para determinados colectivos o actividades. Por ejemplo, hay una reducción del 50% del IVA para los productos destinados a la alimentación de animales de compañía, y una exención del IVA para los servicios sanitarios y educativos prestados por entidades públicas.
Las empresas y profesionales que realizan actividades sujetas al IVA están obligados a declarar y pagar el impuesto a la Administración Tributaria correspondiente. Para ello, se deben emitir facturas o tickets que recojan el IVA correspondiente a cada operación. Asimismo, las empresas y profesionales tienen derecho a deducir el IVA soportado en sus adquisiciones y gastos, lo que permite reducir la carga fiscal efectiva.
La forma de liquidación de este impuesto es cada vez más automatizada por medio de los programas de gestión y contabilidad. Sin embargo, es importante conocer las reglas al detalle que gravan cada bien, de forma que las liquidaciones se realicen de forma correcta. En AUDYCON estaremos siempre a tu servicio para solventar dudas en cuanto a las liquidaciones o los tipos a aplicar. Ya sean en liquidaciones mensuales o trimestrales. Nuestro equipo es conocedor que un gran numero de inspecciones fiscales se originan por una mala liquidación del IVA. Por eso es importante contar con los mejores profesionales
Impuesto sucesiones y donaciones
El impuesto de sucesiones y donaciones es un impuesto que se cobra en la mayoría de los países del mundo, incluyendo España. Este impuesto se aplica sobre las herencias y donaciones que se reciben de forma gratuita, y su objetivo principal es recaudar fondos para el Estado.
En España, el impuesto de sucesiones y donaciones se rige por una normativa autonómica, por lo que las tasas y deducciones varían según la región en la que se realice la transacción. En general, el impuesto se calcula en función del valor de los bienes recibidos y de la relación de parentesco entre el donante o fallecido y el receptor.
En Bizkaia las herencias, con un grado de parentesco de descendientes, ascendientes o cónyuges con cuantía inferior a 400.000 € NO tienen obligación de pagar impuestos y para importes superiores a esta cifra el tipo impositivo es del 1,5 %. En las Donaciones en función del grado de parentesco el tipo puede variar entre al 1,5% en adelante.
Además de las tasas, existen deducciones que pueden aplicarse a la base imponible del impuesto, como las que se aplican por discapacidad, familia numerosa o vivienda habitual, entre otras. En algunas regiones, también se aplican deducciones en función del grado de parentesco entre las partes.
El impuesto de sucesiones y donaciones es un tema que ha generado bastante polémica en los últimos años, especialmente por su posible impacto en las economías familiares. Muchas voces se han levantado para denunciar que este impuesto es injusto, ya que en muchos casos obliga a los herederos a deshacerse de los bienes recibidos para poder pagar las tasas correspondientes.
En respuesta a esta preocupación, algunas regiones han ido reduciendo progresivamente las tasas y ampliando las exenciones y deducciones. Sin embargo, todavía hay mucho debate en torno a la necesidad y la justicia de este impuesto, y es probable que siga siendo un tema de discusión en el futuro.
En resumen, el impuesto de sucesiones y donaciones es un impuesto que se aplica en la mayoría de los países del mundo, y su objetivo principal es recaudar fondos para el Estado. En España, este impuesto se rige por una normativa autonómica, y las tasas y deducciones varían según la región en la que se realice la transacción. Aunque es un tema polémico, este impuesto sigue siendo una fuente importante de ingresos para el Estado.
IRPF Autónomos
El impuesto sobre la renta es un tributo que se aplica a las personas físicas que obtienen rentas en un determinado periodo fiscal. En el caso de los autónomos, este impuesto se aplica a su actividad económica y a las ganancias que obtienen como resultado de su trabajo.
Para determinar la base imponible del impuesto sobre la renta de un autónomo, se debe restar de los ingresos totales los gastos y las deducciones aplicables a su actividad económica. Entre los gastos deducibles se encuentran los relacionados con la adquisición de bienes y servicios necesarios para la actividad, así como los costos de seguridad social y los seguros.
En cuanto a las deducciones, los autónomos pueden aplicar aquellas relacionadas con la inversión en formación y capacitación, las donaciones y los gastos de representación. Además, también se pueden aplicar deducciones por gastos de viaje y alojamiento cuando estos estén relacionados con la actividad económica.
Una vez determinada la base imponible, se aplica la correspondiente escala de gravamen para calcular el impuesto a pagar. La escala de gravamen es progresiva, lo que significa que cuanto mayor sea la base imponible, mayor será el porcentaje para aplicar.
Es importante tener en cuenta que los autónomos también tienen la obligación de presentar declaraciones trimestrales de impuestos sobre el valor añadido (IVA). El IVA es un impuesto indirecto que se aplica al valor añadido en cada fase de la producción y distribución de bienes y servicios.
Los autónomos deben incluir el IVA en todas las facturas que emiten y, posteriormente, declararlo y pagarlo al Estado. En este sentido, es fundamental llevar un registro preciso de todas las transacciones económicas para poder cumplir con las obligaciones fiscales.
Además de la obligación de pagar impuestos, los autónomos también tienen derecho a algunas deducciones y beneficios fiscales. Por ejemplo, pueden deducir los gastos de su actividad económica en su declaración de la renta, lo que reduce la base imponible y, por tanto, la cantidad a pagar en impuestos.
En conclusión, el impuesto sobre la renta es una obligación fiscal a la que están sujetos los autónomos por los ingresos obtenidos en su actividad económica. Para determinar la base imponible se restan los gastos y se aplican deducciones y, posteriormente, se aplica la escala de gravamen correspondiente. Además, los autónomos también deben cumplir con las obligaciones fiscales relacionadas con el IVA y pueden aplicar algunas deducciones y beneficios fiscales en su declaración de la renta.
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